Desde hace unos días mi cabeza no me deja concentrarme en lo que pasa ahí fuera, alrededor mío. La nostalgia en cierta medida está bien. Te acuerdas de cosas, lugares, sentimientos, alegrías, olores, situaciones... Pero, ¿qué pasa si ese sentimiento te impide ver lo que está ocurriendo? ¿Qué pasa si los sentimientos invaden tu cabeza y no puedes pensar nada más que en eso? No hay momento actual, bueno, corrijo, sí lo hay, pero no lo percibes. Vives un momento pasado, que ya no volverá, no vale la pena pensar, ¿y si...?, puesto que probablemente (no digo imposible, dejemos de lado la imposibilidad) eso no ocurra. Y bueno, lo más importante, te estás perdiendo el presente, te estas perdiendo todas esas cosas que en un futuro definirán tu pasado, que quizás recuerdes con nostalgia preguntándote, ¿y si...? Nada es perfecto, ni lo será nunca. Las cosas son como son. En un futuro recordaremos todo lo que hemos hecho en nuestra vida con nostalgia, con alegría o sin ella, pero formarán parte de nuestro pasado y nos definirán. Nadie sabe cómo será su vida en 5, 10 o 15 años, ojalá lo supiéramos, pero no, no es posible. Sólo podemos esperar, hacer lo mejor para definirnos como personas en un futuro, y ver lo que nos depara el mañana.
J.
5 may 2012
Finísimos y apenas visibles, pero fuertes. Estamos unidos mediante esos hilos. Puedo sentirte, lo percibo, sé que estás aquí, así como yo estoy allí. Y aún siendo delgadísimos, esos hilos no se rompen. Van a donde vayas, a donde yo vaya. Pero, finalmente, volverán a su lugar, el lugar al que pertenecen y donde deben estar.
Aún no sé con qué criterio esos hilos deciden unirse, si son las personas las que lo deciden o es Dios, pero a veces creo que tengo más de lo que me merezco.Y no es que tenga baja autoestima ni nada por el estilo, eres tú, con cada día que pasa me demuestras lo maravilloso que eres y puedes llegar a ser, lo mucho que me cuidas y me quieres. No sé si estoy a la altura, pero lo intento, de verás que lo hago.
Por eso, cada noche le doy las gracias a Dios por tenerte, por tener a una persona que piensa en mi cada segundo, que se preocupa y me quiere. Le doy gracias por lo más grande que tengo.
24 mar 2012
Al imaginar cómo mis manos tocan las tuyas o cómo mis labios labios se juntan con los tuyos vuelven las mariposas. Y es que en verdad nunca se han ido, siempre están ahí. Pero ahora, están más vivas que nunca. Necesito verte, tocarte, sentirte. Quiero que mi mirada se cruce con las tuya y que eso produzca una sonrisa involuntaria en los dos. Quiero que al estar juntos nos salgan besos, así porque sí, sin más. Quiero tumbarme en tu regazo, oler tu cuello y quedarme allí eternamente.
Six days left.
18 feb 2012
Quiero que nos sentemos a la orilla del mar, que la suave brisa nos acaricie la cara mientras me apoyo en tu hombro. Que me cojas la mano, acariciándome y sonriamos cuando nuestras miradas coincidan. Quiero que me cuentes todo, quiero que me cuentes historias, cosas que no sé, quiero que me descubras el mundo y me enseñes a vivir, a levantarme después de tropezar.
No sabes la suerte que he tenido al encontrarte, al tener a mi lado siempre, y repito, siempre.
Quiero que el mundo se pare, para nosotros dos, para poder disfrutar de cada instante a nuestras anchas. Para poder recorrer cada rincón de este planeta sin preocuparnos por nada. Para poder estar besándonos, abrazándonos, convirtiéndonos en uno solo eternamente.
Tus pies pisan la fría y mojada acera y los copos de nieve caen del cielo aterrizando en tu pelo, tus hombros, tu nariz, tus labios... Avanzas, y la suave y a la vez congelada brisa te acaricia tu cara casi congelándote. Tu ropa va cogiendo frío como consecuencia del helado ambiente. Sigues avanzando mientras hundes tu cuello en el abrigo y escondes tus manos en los bolsillos. Vas bien de tiempo, por lo que no tienes prisa, andas despacio observando las personas que pasan: una pareja joven riendo y jugando con la nieve, una familia con sus hijos pequeños, unos niños pequeños jugando... Y piensas, detienes el tiempo en tu mente para poder imaginarlo mejor. Piensas en ella, siempre lo haces, directa o indirectamente. Piensas que estás con ella en este momento, caminando de la mano mientras los copos de nieve caen sobre ella y sobre ti. Empiezas a imaginar, a soñar despierto. Imaginas que han pasado unos años, que vivís juntos y os vais a casar. Imaginas la vida con ella, los hijos, las alegrías, todo... Pero cuando llegas a un semáforo en rojo te despiertas, te das cuenta de que ella no está ahí, sólo estás tú y el frío, tú y el suelo mojado.
Pero sabes que ella está ahí. Ella es cada copo de nieve que aterriza en tu mejilla, cada brisa que te acaricia tu cara, cada cosquilleo que te provoca tu pelo, cada vuelco que da tu preciado corazón. Ella está contigo, siempre. El amor es más fuerte y más grande que cualquier cosa en este mundo.
28 ene 2012
No me digas que mi corazón se va a quedar lejos de mi, no me lo digas. No insinúes que se quedará allí, quedándome yo aquí, sin que nadie pueda arroparme. No lo hagas porque duele, porque el corazón se parte en dos y hiere. No quiero pasar ni un minuto del que planeamos sin él, no pretendas que así sea.
Si no estás, nada tiene sentido. Puede que me esté encerrando, pero aunque deje de hacerlo no será como si nada hubiera pasado. No puedo estar sin ti, de verdad lo digo. No puedo si tú no estás, si no puedo observar una sonrisa prominente al verme, si no puedo notar una suave caricia en mi mano cuando me estoy preocupando, o un abrazo cuando algo va mal. No puedes hacer que viva sin eso. No me lo quites, por favor.
24 ene 2012
El corazón se me está parando, cada vez late más despacio y más flojo. Se está volviendo muy pequeño, entre tanta pared. Se ve solo, se agobia, se entristece y llora. Si no siente su otra parte cerca se desvanece. Si no nota que su otra mitad está esperándole, se hunde. Por eso te digo, no tardes. No tardes porque se hunde, no tardes porque se pierde, no tardes porque se agobia, no tardes porque te necesita, no tardes porque te quiere.