Añoro tu abrazo firme, fuerte y cálido. Ese abrazo que hasta me hace crujir las costillas de lo fuerte que es, y que apenas me deja respirar. Añoro tus dedos deslizándose por mi cara, por mi pelo y por mi espalda hasta el punto de hacerme estremecer. Añoro tus besos en las mejillas, en el cuello, en los labios... Añoro tu voz, tu mirada...
Han pasado dos semanas y un día, creo que me estoy volviendo loca ya.
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